Estrés
Zona Antiestrés












Gasolina vehicular y... ¿mental?
Todos hemos estado en los típicos embotellamientos defeños característicos de nuestra capital. Todos sabemos del estrés que éstos causan, ¿a poco no?
Pues bueno, este estrés –tan familiar para la mayoría– no es tan simple como lo son los discursos motivacionales de algunos locutores de radio. Esta tensión diaria y prolongada tiende a enfurecernos, fastidiarnos y deprimirnos peeeero no es lo único: el estrés –no solo al conducir– provoca mareos, dificultad al respirar, taquicardias, temblores y puede haber complicaciones en la visión(!).
Otros factores a notar son que los conductores tienden a volverse más competitivos, menos precavidos, les parece fácil ignorar señales... y peatones...
Aunque la ciudad esté hecha un caos cotidiano, la culpa no cae únicamente en el cuate de enfrente que va a diez: también debe haber una autoevaluación constante.
¿Te cortó la novia? ¿Te reprobaron o despidieron? ¿Se acaba de morir tu pececito? Mmmm entonces, para evitarte más estrés, y seguramente un accidente vehicular, mejor no manejes.
Ahora, sé que los semáforos a veces son unos buenos para nada y que hay más baches en las calles que smog en el cielo en esta ciudad tan... especial; por ello te dejo cinco técnicas pa'que te tranquilices y no revientes tu claxon (por más que intentes, no hará que se muevan más rápido los de adelante):
¡Uno! Al sentarte detrás del volante, tus problemas no existen. Eso que te dijo el fregón de la esquina, tus calificaciones, lo que pasó el viernes en la noche, etcétera: no existen. Ya hasta que hayas llegado sano y salvo a tu casita podrás acostarte a llorar con tu almohada, pero antes no.
¡Dos! Eso de andar destrozando la parte de abajo del coche con los topes, no está padre. Tómate tu tiempo, si sabes que en tal esquina la pecera se tarda añooosss en moverse o que en equis cruce la gente parece olvidar cómo manejar, sal de tu casa diez minutitos antes. Sin prisas, compadre, tienes toda la vida para llegar.
¡Tres! Mmmm ¿el de la pecera [en #dos] en verdad no se mueve? ¡Investiga, practica y usa rutas alternas! Nunca está de más saberse unos cuantos atajos por aquí y por allá. Descubrirás tienditas curiosas, baches inexplorados, y lo importante, no tendrás que aguantar el sueñito que se está el echando el conductor de la pecera.
¡Cuatro! En lugar de andar juzgando a los demás y sus movimientos rápidos y furiosos®, mejor ponte a ver qué locuras andas haciendo, concéntrate en lo que haces. Claro, sin dejar de echarle un ojo ;) al Toretto de al lado.
¡Cinco! Y por supueeeesto, no vayas a ser tú el Toretto-me-siento-dueño-de-la-calle, por favor.
¡Listo! Ahora sal, siéntate en tu cochecito, aplica los cinco puntos del mandamiento del dios antiestrés, y sé libre.
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Agradecimientos especiales a Sura Blog (2012), La Prensa (2014) y Expansión (2010); sus bellos artículos en línea aquí: https://www.sura.com/blogs/autos/estres-enemigo-volante.aspx , http://www.laprensa.hn/honduras/apertura/476568-98/trafico-vehicular-causa-estres-y-ataques-de-ira-a-los-conductores , http://expansion.mx/mi-carrera/2010/07/29/trafico-y-estres-un-problema-laboral .
--- Nicole, enero 2018 :D